José Manuel González González, de 24 años de edad, se encuentra ingresado en el Hospital de la Candelaria desde el lunes con la mandíbula, la nariz y los pómulos rotos, un derrame en la cabeza y sin tres dientes, después de que dos agentes de la Unidad de Intervención Policial del Ayuntamiento de Santa Cruz (Unipol) le dieran una brutal paliza sin mediar palabra, afirma su familia.
Según manifestó su hermano Jonathan Niebla González a este periódico, José Manuel circulaba con su ciclomotor por Ofra cuando, alrededor de las 10.30 de la mañana, en la avenida de los Príncipes de España, los agentes le dieron el alto. El joven se paró e inesperadamente recibió un puñetazo de uno de los funcionarios policiales.
"Los policías lo metieron en un callejón para seguir pegándole sin que nadie los viera, incluso con el propio casco de mi hermano, y le apuntaron con la pistola en la cabeza.", continuó explicando Jonathan. "Pero por allí pasaron varias personas. Una mujer recriminó a los agentes que como siguieran así lo iban a matar y le respondieron que circulara", afirmó. Al parecer, otros dos chicos también fueron testigos de la supuesta agresión, llegando uno de ellos a grabarla con la cámara de su móvil. "Los policías pretendían ponerle la moto encima de José Manuel para que pareciera un accidente, pero como los chicos y la señora estaban delante recriminándolos no lo llegaron a hacer", declaró Jonathan.
El joven de 24 años, con un hijo de un mes y medio, fue trasladado de inmediato al hospital, donde quedó ingresado y está a la espera de que le operen ’su cara rota’. Pero aquí no queda la cosa, según su familia. Presuntamente, los agentes actuantes entraron en la habitación y, tras echar a los presentes, entre ellos un sanitario de la ambulancia del Servicio de Urgencias Canario que se quedó escuchando con la oreja pegada a la puerta, amenazaron a José Manuel para que no contara nada y "lo obligaron a firmar un parte para exculparlos. Le pusieron un bolígrafo en la mano y en el papel sólo se ve un rayón", dijo Jonathan. "Llegaron incluso a amenazarme a mí en la puerta de Urgencias, cuando fui a preguntarles que qué le había pasado a mi hermano y que me dieran su número de placa", afirmó.
Después de que José Manuel explicara a sus familiares lo ocurrido, esta se dirigieron a la Comisaría del Cuerpo Nacional de Policía para denunciar la supuesta agresión y posteriormente, aconsejados por el médico que atendió a la víctima, comenzaron a visitar los distintos medios de comunicación. "Queremos que se haga justicia y que todo el mundo se entere de lo que le pasó a mi hermano", declaró Jonathan. "No pueden darle una pistola a gente que se comporta así. Son personas inadecuadas para tener un arma".
La Unipol, por su parte, afirma que el joven estaba circulando por las vías del tranvía y pensaron que la moto era robada. Cuando intentaron darle el alto, éste se dio a la fuga pero se estampó contra una pared. Además, no disponía de licencia de ciclomotores ni de seguro.
"Eso es verdad. No tiene licencia ni seguro. No te lo voy a negar", explicó Jonathan, "pero es que si mi hermano se hubiera estampado contra una pared y se hubiera caído de la moto, tendría heridas en el resto del cuerpo y no tiene ni una. Sólo en la cara, y el casco que llevaba le cubría toda la cabeza".
Según manifestó su hermano Jonathan Niebla González a este periódico, José Manuel circulaba con su ciclomotor por Ofra cuando, alrededor de las 10.30 de la mañana, en la avenida de los Príncipes de España, los agentes le dieron el alto. El joven se paró e inesperadamente recibió un puñetazo de uno de los funcionarios policiales.
"Los policías lo metieron en un callejón para seguir pegándole sin que nadie los viera, incluso con el propio casco de mi hermano, y le apuntaron con la pistola en la cabeza.", continuó explicando Jonathan. "Pero por allí pasaron varias personas. Una mujer recriminó a los agentes que como siguieran así lo iban a matar y le respondieron que circulara", afirmó. Al parecer, otros dos chicos también fueron testigos de la supuesta agresión, llegando uno de ellos a grabarla con la cámara de su móvil. "Los policías pretendían ponerle la moto encima de José Manuel para que pareciera un accidente, pero como los chicos y la señora estaban delante recriminándolos no lo llegaron a hacer", declaró Jonathan.
El joven de 24 años, con un hijo de un mes y medio, fue trasladado de inmediato al hospital, donde quedó ingresado y está a la espera de que le operen ’su cara rota’. Pero aquí no queda la cosa, según su familia. Presuntamente, los agentes actuantes entraron en la habitación y, tras echar a los presentes, entre ellos un sanitario de la ambulancia del Servicio de Urgencias Canario que se quedó escuchando con la oreja pegada a la puerta, amenazaron a José Manuel para que no contara nada y "lo obligaron a firmar un parte para exculparlos. Le pusieron un bolígrafo en la mano y en el papel sólo se ve un rayón", dijo Jonathan. "Llegaron incluso a amenazarme a mí en la puerta de Urgencias, cuando fui a preguntarles que qué le había pasado a mi hermano y que me dieran su número de placa", afirmó.
Después de que José Manuel explicara a sus familiares lo ocurrido, esta se dirigieron a la Comisaría del Cuerpo Nacional de Policía para denunciar la supuesta agresión y posteriormente, aconsejados por el médico que atendió a la víctima, comenzaron a visitar los distintos medios de comunicación. "Queremos que se haga justicia y que todo el mundo se entere de lo que le pasó a mi hermano", declaró Jonathan. "No pueden darle una pistola a gente que se comporta así. Son personas inadecuadas para tener un arma".
La Unipol, por su parte, afirma que el joven estaba circulando por las vías del tranvía y pensaron que la moto era robada. Cuando intentaron darle el alto, éste se dio a la fuga pero se estampó contra una pared. Además, no disponía de licencia de ciclomotores ni de seguro.
"Eso es verdad. No tiene licencia ni seguro. No te lo voy a negar", explicó Jonathan, "pero es que si mi hermano se hubiera estampado contra una pared y se hubiera caído de la moto, tendría heridas en el resto del cuerpo y no tiene ni una. Sólo en la cara, y el casco que llevaba le cubría toda la cabeza".
Fuente: Diario de Avisos
2 comentarios:
Vergüenza debería darle a Zerolo de lo que hacen sus animales de presa. Está claro que ÉL CUMPLE.
FUERA UNIPOL!!!
¡Barrios en lucha!
¡Unipol disolución!
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