El colectivo cultural tinerfeño Archinife, integrado por una docena de amantes de la arqueología y el pasado isleño, han descubierto recientemente tres estaciones de grabados rupestres en el Sur de Tenerife que no estaban registradas oficialmente. Estos petroglifos, varios con motivos antropomorfos femeninos o cruces y uno rectangular, destacan por su singularidad, según fuentes de la Unidad de Patrimonio del Cabildo de Tenerife, que han verificado el valor del hallazgo.
Enrique Vivancos, portavoz del colectivo Archinife, grupo que recorre la Isla desde hace más de una década interesados por este tipo de yacimientos y cuyos descubrimientos siempre notifican a las autoridades, explicó que las tres estaciones están situadas en un lomo abandonado de la producción agrícola, rodeado de bancales "cuyos autores respetaron las huellas de los antiguos".
Vivancos, que aclaró que la localización exacta de las estaciones no se pueden revelar por el peligro que entrañan los expoliadores existentes en las Islas, precisó que la información sobre dónde estaban situados estos petroglifos se la facilitó un particular. "El hallazgo de estas estaciones, que él conocía desde su juventud, cuando practicaba el pastoreo, es muy importante dada la magnitud de los grabados y la originalidad de los mismos".
Uno de los motivos más interesantes por su tipología está sobre una superficie de toba, en la que se aprecian numerosas cazoletas (gongos) y motivos rectangulares, así como canales que las comunican entre sí. "El motivo más singular de los que hemos localizado en esta ocasión es un grabado bastante marcado de forma rectangular, un tanto irregular como demuestran sus medidas, que ha sido rebajado de forma que queda un rectángulo interior. Se configuran cuatro cuadrados en cada una de las esquinas de hasta 1 centímetro de profundidad", puntualizó el miembro de Archinife.
A poca distancia de esta estación se encuentra otro petroglifo de forma rectangular para cuya realización se alisó el terreno, comentó Vivancos. "Acompañan al conjunto una serie de cazoletas de formas cuadradas y circulares, con y sin canales adosados, y un canal de unos sesenta centímetros que parte de una cazoleta y discurre por el lado sur del rectángulo".
A pesar de la dificultad existente para poder interpretar con fiabilidad el significado de estos dibujos, Vivancos consideró que "la utilidad de este motivo lo desconocemos, ya que al ser tan original no tenemos un elemento de referencia, aunque las formas cuadradas y rectangulares de los dameros nos pueden dar idea de su posible utilización para rituales desconocidos, ya que tiene canales dispuestos para albergar líquidos".
En las otras dos estaciones halladas por Archinife, los dibujos tienen una forma que pueden sugerir una cruz o antropomorfos femeninos. En la primera están tallados en el suelo, en un pequeño cauce natural de forma cóncava.
"La orientación norte-sur continúa el trazado natural de la gavia con la inclinación propia del terreno. El primero a la izquierda tiene una medida de sesenta y nueve centímetros; a su derecha, el más pequeño, en el que no se aprecian brazos extendidos, tiene treinta y cuatro centímetros de altura".
A unos diez metros del anterior yacimiento se ha localizado otro antropomorfo femenino, pero de mayor dimensión, un metro veinte centímetros de altura. "Se aprecia en los extremos de los brazos, que están en cruz, tres canalillos que se asemejan a unos dedos. Acompañan a la figura en el margen inferior derecho un pequeño rebaje circular del que desconocemos su utilidad, pero podría servir para la ubicación de un cuenco de barro, probablemente una luminaria votiva", imagina Vivancos.
Al parecer esta tipología de grabado también se encuentra en otras estaciones de Taganana y Santa Cruz, pero son de menor tamaño.
Enrique Vivancos, portavoz del colectivo Archinife, grupo que recorre la Isla desde hace más de una década interesados por este tipo de yacimientos y cuyos descubrimientos siempre notifican a las autoridades, explicó que las tres estaciones están situadas en un lomo abandonado de la producción agrícola, rodeado de bancales "cuyos autores respetaron las huellas de los antiguos".
Vivancos, que aclaró que la localización exacta de las estaciones no se pueden revelar por el peligro que entrañan los expoliadores existentes en las Islas, precisó que la información sobre dónde estaban situados estos petroglifos se la facilitó un particular. "El hallazgo de estas estaciones, que él conocía desde su juventud, cuando practicaba el pastoreo, es muy importante dada la magnitud de los grabados y la originalidad de los mismos".
Uno de los motivos más interesantes por su tipología está sobre una superficie de toba, en la que se aprecian numerosas cazoletas (gongos) y motivos rectangulares, así como canales que las comunican entre sí. "El motivo más singular de los que hemos localizado en esta ocasión es un grabado bastante marcado de forma rectangular, un tanto irregular como demuestran sus medidas, que ha sido rebajado de forma que queda un rectángulo interior. Se configuran cuatro cuadrados en cada una de las esquinas de hasta 1 centímetro de profundidad", puntualizó el miembro de Archinife.
A poca distancia de esta estación se encuentra otro petroglifo de forma rectangular para cuya realización se alisó el terreno, comentó Vivancos. "Acompañan al conjunto una serie de cazoletas de formas cuadradas y circulares, con y sin canales adosados, y un canal de unos sesenta centímetros que parte de una cazoleta y discurre por el lado sur del rectángulo".
A pesar de la dificultad existente para poder interpretar con fiabilidad el significado de estos dibujos, Vivancos consideró que "la utilidad de este motivo lo desconocemos, ya que al ser tan original no tenemos un elemento de referencia, aunque las formas cuadradas y rectangulares de los dameros nos pueden dar idea de su posible utilización para rituales desconocidos, ya que tiene canales dispuestos para albergar líquidos".
En las otras dos estaciones halladas por Archinife, los dibujos tienen una forma que pueden sugerir una cruz o antropomorfos femeninos. En la primera están tallados en el suelo, en un pequeño cauce natural de forma cóncava.
"La orientación norte-sur continúa el trazado natural de la gavia con la inclinación propia del terreno. El primero a la izquierda tiene una medida de sesenta y nueve centímetros; a su derecha, el más pequeño, en el que no se aprecian brazos extendidos, tiene treinta y cuatro centímetros de altura".
A unos diez metros del anterior yacimiento se ha localizado otro antropomorfo femenino, pero de mayor dimensión, un metro veinte centímetros de altura. "Se aprecia en los extremos de los brazos, que están en cruz, tres canalillos que se asemejan a unos dedos. Acompañan a la figura en el margen inferior derecho un pequeño rebaje circular del que desconocemos su utilidad, pero podría servir para la ubicación de un cuenco de barro, probablemente una luminaria votiva", imagina Vivancos.
Al parecer esta tipología de grabado también se encuentra en otras estaciones de Taganana y Santa Cruz, pero son de menor tamaño.
Fuente: El Día
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