El historiador José Farrujia de la Rosa presentará el próximo 5 de noviembre un libro en el que se descubre cómo la arqueología desarrollada en Canarias durante el franquismo estuvo influenciada por las premisas políticas de la dictadura. Asimismo, en el volumen se recogen algunos de los estudios realizados por los autores afines al régimen que respaldaban el discurso proclamado por Franco.
Como ejemplo, el autor comenta que hasta el siglo XIX Canarias se distinguía por mantener numerosos contactos científicos con Francia que “se rompen al llegar la dictadura”.
Según Farrujia, esto lleva a que se llegue a una nacionalización de la arqueología canaria con un alejamiento de los autores franceses, y con la aparición de investigadores peninsulares interesados en los enterramientos de las Islas.
“Hasta el siglo XIX los estudios demostraban que el guanche siempre se había emparentado con la raza de cromañón francesa, sin embargo los autores franquistas niegan esta relación, y como alternativa proponen el origen de éstos en las colonias españolas en el norte de África”, afirma. El arqueólogo, que recurre en su volumen a la producción historiográfica, indica que la ciencia ha demostrado que “a pesar de que venimos de África, no necesariamente procedemos de las posesiones españolas. Hay otras zonas del continente como Argelia y Túnez de las que se sabe que hay influencias en las Islas”.
Arqueología y franquismo en Canarias. Política, poblamiento e identidad (1939-1969) es el resultado de varios años de investigación de Farrujia de la Rosa, en donde se desvela cómo los franquistas insertaron a los guanches en el periodo Neolítico sin utilizar elementos científicos sólidos.
“Hoy en día, a partir de las dataciones del Carbono 14 sabemos que los guanches no tienen que ver con el Neolítico, y que las Islas se comienzan a poblar sobre el siglo VI o VI a. d. c”, apunta.
Otra de las novedades que se destacan en la publicación es que no solo las manipulaciones políticas e ideológicas fueron causa para llegar a una serie de conclusiones erróneas, sino que también influenciaron las limitaciones propias de ese periodo.
“En la época en la que trabajan los arqueólogos franquistas, las únicas dataciones existentes para Canarias estaban realizadas con posterioridad a la conquista, con lo cual no había información en la que se pudieran sustentar algunas investigaciones”, indica el historiador.
Para José Farrujia de la Rosa, una de las cuestiones más llamativas que se destacan en el libro es la reorganización que se realiza en el Archipiélago durante la dictadura.
Como destaca el autor, hasta principios del siglo XX la arqueología canaria había funcionado al margen de cualquier entramado administrativo.
“Cuando llega el franquismo se centra la arqueología en Madrid con la creación de La comisaria general de excavaciones, y en Las comisarías provinciales que vienen a ser las primeras entidades públicas que gestionaban las excavaciones en las distintas comunidades”, recalca.
Así en las Islas se establece una comisaría en la provincia oriental (Gran Canaria, Lanzarote y Fuerteventura) y otra en la occidental (Tenerife, La Palma, La Gomera y el Hierro).
“Curiosamente este sistema administrativo lo que propició fue un auge del pleito insular porque los arqueólogos de cada provincia trabajaban al libre albedrío. Hasta tal punto llegó la situación, que hubo investigadores que señalaron que los pobladores de las islas orientales en la prehistoria eran los canarios, y los pobladores de las islas occidentales los guanches”, comenta Farrujia de la Rosa.
Una de las conclusiones a las que llega la publicación es que hasta hace pocos años la arqueología funcionaba de manera objetiva, y se sacaba a relucir la relación entre el poder político y la generación del Conocimiento científico.
Por otro lado, y paradójicamente a lo que se pudiera pensar de que acabado el franquismo muchas de las teorías aparecidas en este periodo desaparecerían, “ha sido lo contrario”.
Según el autor de Arqueología y franquismo en Canarias. Política, poblamiento e identidad (1939-1969) una vez que finalizada la dictadura, la arqueología canaria ha sido continuista “porque muchas de las falacias que se crearon en ese momento en determinados sectores siguen teniendo vigencia”.
El libro que analiza el periodo que va desde el final de la Guerra Civil hasta el comienzo de la dictadura, hace una reflexión sobre el futuro.
El arqueólogo e historiador José Farrujia de la Rosa observa que desde la entrada en vigor del estatuto de Canarias “cada una de las Islas ha fraccionado la procedencia de sus pobladores, hasta llegar a una situación que parece que cada una ha sido habitada por un grupo étnico definido. Y desde el punto de vista arqueólogo no existen herramientas que lo cercioren”, concluye.
Como ejemplo, el autor comenta que hasta el siglo XIX Canarias se distinguía por mantener numerosos contactos científicos con Francia que “se rompen al llegar la dictadura”.
Según Farrujia, esto lleva a que se llegue a una nacionalización de la arqueología canaria con un alejamiento de los autores franceses, y con la aparición de investigadores peninsulares interesados en los enterramientos de las Islas.
“Hasta el siglo XIX los estudios demostraban que el guanche siempre se había emparentado con la raza de cromañón francesa, sin embargo los autores franquistas niegan esta relación, y como alternativa proponen el origen de éstos en las colonias españolas en el norte de África”, afirma. El arqueólogo, que recurre en su volumen a la producción historiográfica, indica que la ciencia ha demostrado que “a pesar de que venimos de África, no necesariamente procedemos de las posesiones españolas. Hay otras zonas del continente como Argelia y Túnez de las que se sabe que hay influencias en las Islas”.
Arqueología y franquismo en Canarias. Política, poblamiento e identidad (1939-1969) es el resultado de varios años de investigación de Farrujia de la Rosa, en donde se desvela cómo los franquistas insertaron a los guanches en el periodo Neolítico sin utilizar elementos científicos sólidos.
“Hoy en día, a partir de las dataciones del Carbono 14 sabemos que los guanches no tienen que ver con el Neolítico, y que las Islas se comienzan a poblar sobre el siglo VI o VI a. d. c”, apunta.
Otra de las novedades que se destacan en la publicación es que no solo las manipulaciones políticas e ideológicas fueron causa para llegar a una serie de conclusiones erróneas, sino que también influenciaron las limitaciones propias de ese periodo.
“En la época en la que trabajan los arqueólogos franquistas, las únicas dataciones existentes para Canarias estaban realizadas con posterioridad a la conquista, con lo cual no había información en la que se pudieran sustentar algunas investigaciones”, indica el historiador.
Para José Farrujia de la Rosa, una de las cuestiones más llamativas que se destacan en el libro es la reorganización que se realiza en el Archipiélago durante la dictadura.
Como destaca el autor, hasta principios del siglo XX la arqueología canaria había funcionado al margen de cualquier entramado administrativo.
“Cuando llega el franquismo se centra la arqueología en Madrid con la creación de La comisaria general de excavaciones, y en Las comisarías provinciales que vienen a ser las primeras entidades públicas que gestionaban las excavaciones en las distintas comunidades”, recalca.
Así en las Islas se establece una comisaría en la provincia oriental (Gran Canaria, Lanzarote y Fuerteventura) y otra en la occidental (Tenerife, La Palma, La Gomera y el Hierro).
“Curiosamente este sistema administrativo lo que propició fue un auge del pleito insular porque los arqueólogos de cada provincia trabajaban al libre albedrío. Hasta tal punto llegó la situación, que hubo investigadores que señalaron que los pobladores de las islas orientales en la prehistoria eran los canarios, y los pobladores de las islas occidentales los guanches”, comenta Farrujia de la Rosa.
Una de las conclusiones a las que llega la publicación es que hasta hace pocos años la arqueología funcionaba de manera objetiva, y se sacaba a relucir la relación entre el poder político y la generación del Conocimiento científico.
Por otro lado, y paradójicamente a lo que se pudiera pensar de que acabado el franquismo muchas de las teorías aparecidas en este periodo desaparecerían, “ha sido lo contrario”.
Según el autor de Arqueología y franquismo en Canarias. Política, poblamiento e identidad (1939-1969) una vez que finalizada la dictadura, la arqueología canaria ha sido continuista “porque muchas de las falacias que se crearon en ese momento en determinados sectores siguen teniendo vigencia”.
El libro que analiza el periodo que va desde el final de la Guerra Civil hasta el comienzo de la dictadura, hace una reflexión sobre el futuro.
El arqueólogo e historiador José Farrujia de la Rosa observa que desde la entrada en vigor del estatuto de Canarias “cada una de las Islas ha fraccionado la procedencia de sus pobladores, hasta llegar a una situación que parece que cada una ha sido habitada por un grupo étnico definido. Y desde el punto de vista arqueólogo no existen herramientas que lo cercioren”, concluye.
Fuente: La Gaceta de Canarias
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