miércoles, 11 de julio de 2007

San Lázaro y Camino la Villa protestan por las expropiaciones de Los Rodeos

Los vecinos tanto de San Lázaro como del Camino la Villa no están dispuestos a perder los rincones privilegiados que se encuentran próximos a sus viviendas por culpa de la ampliación del aeropuerto de Los Rodeos. Por este motivo, aseguraron que van a luchar para tratar de conservarlos aunque explicaron que "estamos abiertos al diálogo con las administraciones porque si, realmente, es necesario hacer obras para mejorar la ciudad no nos vamos a oponer" pero aclaran que todo tiene un límite.
Ambos barrios se sientes "engañados" por las administraciones canarias ya que "el pasado 25 de mayo salieron publicadas en el Boletín Oficial de Canarias (BOC) los terrenos que van a ser expropiados para la ampliación del aeropuerto", explicó el presidente de la Asociación de Vecinos de Camino la Villa, Pedro Delgado.
Al publicarse que se iban a expropiar 22.000 metros cuadrados de terrenos, Delgado se dirigió a la alcaldesa de La Laguna, Ana Oramas, quien "me dijo que eso era competencia del Cabildo así que llamé la corporación insular para entrevistarme con el presidente y presentar las alegaciones". Sin embargo, Delgado aseguró que aún no han sido recibido por el presidente del Cabildo ni pudo presentar dichas alegaciones.

Además, los vecinos también criticaron que han recibido una carta del Ministerio de Fomento, las administraciones canarias aseguran que las obras dependen de Madrid, en la que se les indica que tienen un plazo de siete días para presentar las alegaciones a las obras de ampliación. Los ciudadanos se pregunta "cómo vamos a presentar unas alegaciones a Fomento cuando no conocemos el proyecto".

Asimismo, criticaron el desconocimiento que existe entre los ciudadanos sobre los trabajos, ya que "unos dicen que el aeropuerto se va a ampliar hacia arriba y otros dicen que se hará hacia el otro lado". En el caso de que dicha ampliación se realice hacia la carretera que conecta ambos núcleos poblacionales, se perderá una de las reservas más importantes de agua que tiene la ciudad así como unos terrenos fértiles que han sido cultivados por estos laguneros durante generaciones.
Fuente: La Opinión de Tenerife

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